Test

Observadores

Escala de desempeño escolar en la niñez. Obervadores. 

Escala de síntomas actuales. Observadores.

Escala de desempeño escolar en la niñez. Obervadores.

Auto-evaluación

Escala de evaluación del desempeño del trabajo. Autoinforme. 

Escala de síntomas actuales. Autoinforme. 

Escala de evaluación del desempeño del trabajo. Autoinforme. 

 

LIBRO BLANCO TDAH

En este manual, las familias encontraran la orientación básica y necesaria de cómo dar pasos firmes y efectivos ante los centros escolares, sanitarios y las administraciones, tras un diagnóstico de TDAH para conseguir un correcto abordaje. El libro lo componen tres secciones: SOSPECHA, DIAGNÓSTICO y TRATAMIENTO en las que se especifican las medidas a tomar dependiendo de la fase en la que se encuentre la familia.

La experiencia de Fundación CADAH a lo largo de estos años, nos ha hecho percibir la falta de información de las familias ante las situaciones que se les van presentando: desde la sospecha de un posible TDAH, la desorientación al conseguir un diagnóstico, la inseguridad ante los centros escolares y sanitarios, hasta obtener una correcta intervención.
 
SOSPECHA

Test para Docentes basado en la Escala de Magallanes

Este test no tiene una validez formal y concluyente, si sospecha que tiene cualquiera de los subtipos, sugerimos que sea evaluado por un profesional especializado.

Para realizar este test marca una de las tres opciones para cada item:
(1) Casi nunca
(2) Con frecuenta
(3) Casi siempre

(3)
(2)
(1)
Cuando está sentado, se mueve excesivamente.
Habla mucho, parece que no pudiera estar callado.
Se mueve de manera innecesaria, como si le sobrase energía.
Parece que le cuesta trabajo permanecer sentado en situaciones que lo requieren.
Sus movimientos son rápidos y bruscos.
Esta ocupado en algo: no deja de hacer cosas.
Cualquier persona (objeto, cosa o ruido) lo distrae de lo que está haciendo en ese momento.
Le cuesta mantener la atención un tiempo razonable, incluso en actividades que le agradan.
Abandona lo que está haciendo antes de terminarlo.
Cuando se le encarga una tarea, la realiza de manera distinta a como se le indica.
Cuando se le habla, parece que no presta atención o que no escucha.
Presta escasa atención a los detalles de las cosas o de las situaciones.
Toma decisiones rápidamente, sin pensar en las posibles consecuencias.
Cuando se le pregunta algo, responde muy deprisa, aparentemente sin pensar.
Parece que le cueste mucho realizar cualquier tipo de tarea que requiera reflexión.
Interrumpe a los demás cuando hablan o están haciendo algo.
Cuando quiere hacer algo, le cuesta mucho esperar.

Realiza el Test DMS-IV-TR

http://fundacioncadah.org/web/articulo/realiza-el-test-dms-iv-tr.html 

Test para TDAH basado en los criterios diagnósticos del DMS-IV-TR

Este test no tiene una validez formal y concluyente, si sospecha que tiene cualquiera de los subtipos, sugerimos que sea evaluado por un profesional especializado.

Para realizar este test se ha de tener en cuenta que los síntomas han debido estar presentes antes de los 7 años en al menos dos ambientes de la vida del niño y con una duración de seis meses.

Señala aquellos síntomas y criterios que se cumplan:

Criterio A:

O Bien 1 (Inatención) ó bien 2 (hiperactividad-impulsividad)

1. Seis o más de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:

 

A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades. 

 

A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas. 

 

A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente. 

 

A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargo u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender las instrucciones). 

 

A menudo tiene dificultad para organizar tareas y actividades. 

 

A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos). 

 

A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (como juguetes, trabajos escolares, lápices, libros o herramientas). 

 

A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes. 

 

A menudo es descuidado en las actividades diarias. 

2. Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:

Hiperactividad

 

A menudo mueve en excesos las manos o los pies o se remueve en el asiento. 

 

A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en las que es inapropiado hacerlo. 

 

A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en las que es inapropiado hacerlo (en los adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos sujetivos de inquietud. 

 

A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio. 

 

A menudo ‘está en marcha’ o actúa como si ‘tuviera un motor’. 

 

A menudo habla en exceso. 

Impulsividad

 

A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas. 

 

A menudo tiene dificultades para guardar turno. 

 

A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p.ej., se entromete en conversaciones o juegos). 

 

Criterio B: Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o de desatención que causaban alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de edad. 

 

Criterio C: Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes (p-ej., en la escuela [o en el trabajo] y en casa). 

 

Criterio D: Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral. 

 

Criterio E: Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (p.ej., trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o a un trastorno de la personalidad). 

 

Remisión Parcial: Señala esta casilla sólo en el caso de sujetos (en especial adolescentes y adultos) que actualmente tenga síntomas que ya no cumplen todos los criterios.

¿QUÉ DEBE TENER UN BUEN DIAGNÓSTICO DE TDAH?

El informe clínico es el documento emitido por el profesional responsable acerca de la atención prestada a un paciente. Gracias a una serie de instrumentos y unos conocimientos específicos sobre evaluación podrá concluir un diagnostico y unas pautas de actuación especificas. El Informe clínico debiera constar de los siguientes apartados:

 1.  DATOS DE IDENTIFICACIÓN

Se describen los datos  personales del niño, los datos mínimos son:

Nombre completo del niño

Fecha de nacimiento

Domicilio

Curso

Centro escolar

Fecha de consulta

Solicitado por

Áreas evaluadas

 2.   ANAMNESIS

2.1 Motivo de consulta

Se anota el motivo por el cual se solicita el Informe

Ejemplo:

“Derivado por el colegio  para evaluación (se anota lo que corresponda) por presentar bajo rendimiento escolar, dificultades en lectura y falta de atención y concentración”

2.2.    Antecedentes relevantes

Se sintetizan los datos obtenidos en la anamnesis y que tengan relación con el proceso de evaluación. Interesa consignar datos sobre el desarrollo psicomotor, el sistema familiar, la historia escolar y social, antecedentes de morbilidad familiar, historia psiquiátrica del paciente y familiar, etc. Conviene anotar quién proporciona la información

Ejemplo:

“Los datos aportados por el padre (la madre no asiste a las sesiones) indican embarazo de alto riesgo por hipertensión  arterial y problemas tiroídeos de la madre durante la gestación. Parto normal de término, desarrollo psicomotor normal. Dislalias y tartamudez tratadas. Asistencia a jardín infantil con rendimientos normales. Las dificultades coinciden con el inicio del aprendizaje de la lectoescritura. Antecedentes familiares de dificultades en lectoescritura (padre y hermanos mayores). Actualmente repite curso. Escasa motivación y dificultades de concentración. Problemas en hábitos de estudio”

2.3  Intervenciones anteriores

En este punto se consignan los resultados (si los hay) de intervenciones realizadas en relación al motivo de consulta.

Ejemplo:

“se realiza evaluación psicométrica en junio del año xxxx, con los siguientes resultados: capacidad intelectual correspondiente a normalidad superior con rendimientos intercalares heterogéneos. Desarrollo psicomotor normal. Indicadores emocionales normales”

3. EXPLORACIÓN DEL ESTADO MENTAL

En este punto, mediante la observación-entrevista del niño, se estudia su orientación temporal y espacial, actitud, atención, memoria, tics,… Además de su higiene, humor y contenido del pensamiento (lenguaje, articulación, etc)

4.  PRUEBAS APLICADAS O PSICODIAGNÓSTICAS

 (La inclusión de este punto depende del destinatario del informe y de su objetivo)

En este punto se hace un listado de los instrumentos diagnósticos utilizados. La finalidad de consignar esta información es evitar la repetición de pruebas (hay pruebas que invalidan los resultados si han sido aplicadas recientemente).

Puede darse el caso de que las pruebas hayan sido realizadas por el orientador del centro.

4.1 Conducta del niño durante el examen

Se debe anotar toda la información recogida en torno a la observación de la actitud del niño durante el examen: colaborador, motivado, indiferente ante los resultados, ansioso, nivel de tolerancia a la frustración, requerimientos de ayuda adicional,  tipo de ayuda que se le proporcionó, estilo de trabajo, interferencias en el rendimiento (emocionales, déficits sensoriales o de otro tipo) nivel de atención y concentración, umbral de fatiga, etc.

Este punto es importante ya que permite ponderar los resultados de las pruebas y del diagnóstico. “Su rendimiento se vio interferido por….lo que permite hipotetizar que su potencial puede ser mayor que el expresado por el niño en las pruebas”

5.    CONCLUSIONES Y DIAGNÓSTICO

En este punto se anotan los resultados del proceso de evaluación, ya sea sólo en forma descriptiva o bien con el diagnóstico con las respectivas especificaciones si corresponde. Conviene usar una forma directa, clara y precisa. Se sugiere personalizar, comenzando con el nombre del niño:

Ejemplo:

“De acuerdo al resultado de la evaluación, Juan Carlos presenta dificultades específicas en el aprendizaje de la lectoescritura que interfieren significativamente su rendimiento escolar…

A continuación se enumeran  las características más sobresalientes del problema.

En este punto se puede integrar la información proporcionada por otros profesionales en las interconsultas (si fuera pertinente)

6.  SUGERENCIAS O PLAN

Este punto es clave como aporte a la familia, a los otros profesionales y el colegio. Debiera incluir dos apartados:

Sugerencias para la familia:

En este punto el profesional debe indicar cuál es el tratamiento que conviene al niño, considerando las posibilidades y recursos con que cuenta la familia: Terapia, rehabilitación, recomendación de cambio de colegio, apoyo pedagógico, evaluación diferencial, formas de apoyo, etc.

Sugerencias para el profesorado:

El profesional debe indicar cuál es el tratamiento que conviene al niño en el ámbito escolar indicando pautas de actuación al profesor para reconducir y controlar los síntomas que presenta el TDAH dentro del entorno escolar.

7.  OBSERVACIONES

Se señalarán  recomendaciones para próximas citas y otros aspectos que se consideren oportunos.

 

PROCESO PARA OBTENER UN DIAGNÓSTICO DE TDAH

Un diagnóstico de TDAH puede ser realizado o bien por un profesional médico o por un psicólogo clínico. Sin embargo, en el caso de que el tratamiento requiera de un apoyo farmacológico, éste únicamente puede ser llevado a cabo por un profesional médico.

Psiquiatra, pediatra, psicólogo clínico, neuropediatra  y neurólogo son los profesionales que pueden realizar un diagnostico de TDAH.

Este se podrá efectuar por vía pública o privada. Pero hay que destacar que independientemente de por cuál de las dos vías se obtenga el diagnóstico, será la pública en última instancia la más recomendable, al ser habitualmente la solicitada por los Departamentos de Orientación de los centros escolares. Es importante especificar que un psicólogo clínico podrá realizar un diagnóstico, pero no podrá formalizar un tratamiento farmacológico.

Si se obtiene  el diagnóstico a través de la vía privada, sería necesario pasar a la vía pública, para la obtención de un informe clínico oficial por esta vía. Se recomienda solicitar al pediatra una derivación, bien al departamento de Salud Mental Infanto-juvenil de Zona o bien a los servicios del área de atención especializada (Este no existe en todas las Comunidades Autónomas) y comenzar los trámites pertinentes para obtener un informe clínico por la vía pública.

Actualmente no existe una prueba única que diagnostique un TDAH pero para obtener un buen diagnostico al menos se debieran realizar dos tipos de pruebas: Médicas y clínicas

Las Pruebas médicas se deben realizar para descartar otras patologías y consisten fundamentalmente en: Analíticas de sangre y orina, Medida de la tensión arterial, pruebas de audición y visión, etc. Además los profesionales de Neuropediatría y Neurología suelen pedir un encefalograma y/o escáner cerebral, no como pruebas determinantes de diagnóstico de TDAH, sino para descartar otras posibles patologías como ausencias, epilepsia, etc. 

En cuanto a las Pruebas clínicas que se deben realizar habría que destacar las siguientes pruebas psicodiagnósticas:

•  Una observación-entrevista con el niño.

•  Una entrevista con los padres.

•  Una entrevista con los profesores.

•  Escalas de Wechsler: Wuoosu (de 4 a 6 años), WISC-IV (de 5 a 16 años), Wais (de 13 a 65 años).

•  Stroop.

•  Test de caras

•  CPT

•  D2 Test atención

•  ESCALAS

•  EDAH: Escala para la evaluación del trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. (Para niños de 6 a 12 años) ó EMTDA-H: Escala de       Magallanes, Subescalas hiperactividad, déficit de atención, déficit reflexividad ó cualquier otra escala similar a éstas.

•  ADHD-RS (padres)

•  ADHD-RS (profesores)

¿QUIÉN PUEDE REALIZAR UN DIAGNÓSTICO DE TDAH?

El diagnóstico puede ser realizado o bien por un profesional médico o por un psicólogo clínico. Sin embargo, en el caso de que el tratamiento requiera de un apoyo farmacológico, éste únicamente puede ser llevado a cabo por un profesional médico.

  • Psiquiatra
  • Pediatra
  • Psicólogo clínico
  • Neuropediatra
  • Neurólogo

Estos profesionales podrán pertenecer a la sanidad pública o privada. Pero hay que destacar que independientemente de por cuál de las dos vías se obtenga el diagnóstico, será la vía pública en última instancia la más recomendable, al ser la solicitada por los Departamentos de Orientación de los centros escolares.

Si hemos obtenido un diagnóstico a través de la vía privada, necesitaríamos pasar a la vía pública, para la obtención de un informe clínico oficial por esta vía. Se recomienda solicitar al pediatra una derivación, bien al departamento de Salud Mental Infanto-juvenil de Zona o bien a los servicios del área de atención especializada (Este no existe en todas las Comunidades Autónomas) y comenzar los trámites pertinentes para obtener un informe clínico por la vía pública.

Especificar que un Psicólogo clínico podrá realizar un diagnóstico, pero no podrá formalizar un tratamiento farmacológico.

¿QUIÉN PUEDE SOSPECHAR DEL TDAH EN NIÑOS?

Ante las sospechas de un posible niño con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, existen varias personas del entorno del niño que pueden darse cuenta de que algo pasa:

La familia

Los padres pueden sospechar de un TDAH al darse cuenta de la forma de interactuar y comportamiento de su hijo, al no ser igual que la de otros niños de su misma edad. Igualmente los padres pueden comenzar a sospechar un TDAH al reconocer los síntomas de su hijo a través de diferentes medios de comunicación, ya sea prensa escrita, reportajes de TV, etc.

En ocasiones es el entorno de la propia familia: vecinos, amigos, familiares cercanos,… los que sospechen al conocer el trastorno y observar ciertas conductas del niño. Incluso un profesor particular de apoyo conocedor del trastorno, un psicólogo u otro profesional al que se le haya llevado por temas conductuales, de aprendizaje o de salud, quienes hayan podido trasmitir la sospecha a los padres.

Los docentes

Los principales agentes de sospecha en la escuela son los profesores y tutores de los niños. Éstos pueden observar las diferencias claras existentes entre los alumnos y el grado de intensidad que se considera normal en los niños de su edad cronológica.

Existen en casi todos los centros unas pruebas rutinarias que se pasan en determinados cursos para realizar un screening (análisis) de los niños que no se hayan detectado en el aula por los docentes y que puedan tener alguna dificultad. De los resultados de estas pruebas el Equipo de Orientación podría intuir que algún niño pudiera tener dificultades a nivel atencional o TDAH.

Cualquier miembro de la Comunidad Educativa que tuviera conocimientos de los síntomas que presentan los niños con TDAH, podría sospechar y trasmitir sus observaciones al tutor u orientador del niño.

El pediatra

El pediatra va a ser conocedor desde el nacimiento del niño de su evolución, y va a tener información privilegiada de la familia de las dificultades que van a ir saliendo a lo largo de su etapa infantil, tanto en el ámbito familiar, escolar y social. Es por ello, por lo que será uno de los agentes principales para la detección del TDAH.

 

QUÉ HACER ANTE LA SOSPECHA TDAH

Cuando sospechamos que un niño puede tener TDAH, los pasos a seguir según la persona del entorno del niño que seas, son las siguientes:

Si es La familia quien sospecha, ésta debe acudir al pediatra que nos corresponda en la seguridad social para que nos derive, dependiendo de la Comunidad Autónoma, al Departamento de Salud Mental Infanto-Juvenil o bien a los servicios del área de atención especializada, donde están los profesionales específicos que intervienen con Trastornos de la Infancia, como el TDAH.

Serán éstos quienes deben realizar una exploración exhaustiva para conseguir un buen diagnóstico. Junto con el diagnóstico se deberá entregar al paciente un informe clínico donde indique la justificación del diagnóstico y las medidas a adoptar en función de las características de los síntomas.

En el caso de que haya sido el equipo docente quien haya sospechado de un posible TDAH, el Equipo de Orientación del centro escolar debiera realizar un informe, con el consentimiento de la familia, para que ésta se lo remita al pediatra, quien apoyándose en el mismo, derive al niño, dependiendo de la Comunidad Autónoma, al Departamento de Salud Mental Infanto-Juvenil o bien a los servicios del área de atención especializada.

A veces el Orientador realiza la valoración psicopedagógica del niño para confirmar su sospecha antes de haber sido realizado el diagnóstico clínico, con el fin de aportar información a los profesionales de los Departamentos de Salud Mental Infanto-Juvenil o a los servicios del área de atención especializada (No existe en todas las Comunidades Autónomas).

Es habitual, que el Equipo de Orientación del centro realice la valoración psicopedagógica posteriormente al diagnóstico clínico. Esta se debe realizar para valorar realmente las necesidades educativas del niño y las pautas de actuación que se deben llevar a cabo en el ámbito familiar y escolar. Para realizarlo, la familia deberá dar su autorización por escrito.

Por último, si el pediatra sospecha puede realizar la valoración clínica siempre que disponga de los conocimientos, recursos y materiales necesarios para realizar un correcto diagnóstico. En caso de que el pediatra le realice el diagnóstico debe entregar a la familia el informe clínico correspondiente.

Aunque el pediatra puede hacer un seguimiento de la evolución del niño a nivel de salud (peso, talla, analíticas, tensión arterial, etc.), si el niño presenta problemas conductuales o de aprendizaje que requieran de una intervención más especializada, el pediatra le derivará, dependiendo de la Comunidad Autónoma, o bien a Salud Mental Infanto-Juvenil, o bien a los servicios del área de atención especializada, donde se encuentran los psicólogos y psiquiatras que proporcionarán al niño el tratamiento adecuado.

En caso de que el pediatra no pueda realizar el diagnóstico o dude del mismo, le derivará a los Departamentos mencionados, donde le realizarán las pruebas pertinentes y su correspondiente diagnóstico.

Trastornos comunes y diagnóstico del sueño entre sujetos que tiene TDAH

Aunque no hay un patrón de sueño específico para este trastorno, se ha observado mayor prevalencia de parasomnias, sonambulismo y movimientos periódicos de las extremidades. A continuación, presentamos los trastornos más comunes.

Parasomnias

Los estudios clínicos han encontrado mayor prevalencia de sonambulismo en los pacientes con TDAH en comparación con sujetos sin el trastorno.

En niños con TDAH son frecuentes los despertares  repetidos por sueños terroríficos, sobre todo en pacientes con otros trastornos comórbidos como trastornos de ansiedad o de conducta. Se ha descrito una mayor presentación de somniloquios en los niños con TDAH.

Disomnias

La prevalencia exacta de algunas disomnias (trastornos del sueño relacionados con la respiración, disomnias no especificadas, síndrome de piernas inquietas, movimientos periódicos de las extremidades) en pacientes con TDAH en la infancia no se conoce con exactitud, aunque si se sabe que suelen ir relacionados con el trastorno.

Síndrome de las piernas inquietas y movimientos periódicos de las extremidades.

 Uno de los trastornos del sueño más comunes entre los individuos con TDAH es el síndrome de las piernas inquietas. Este se caracteriza por sensaciones incomodas en las piernas en situaciones de inactividad y descanso que se acompañan de una necesidad de mover las piernas  para aliviar el dolor, lo que interfiere en el inicio del sueño

Hasta el 24 % de las personas con TDAH podría tener síntomas del síndrome de las piernas inquietas, y hasta el 26 %de las personas con este síndrome podría tener TDAH o síntomas de TDAH.

El síndrome de movimientos periódicos de las extremidades se caracteriza por episodios periódicos de movimientos repetitivos y estereotipados de las extremidades durante el sueño, a menudo asociados con un despertar total o parcial, al igual que las apneas.

 

Trastorno del sueño relacionado con la respiración (TSRR) y apnea obstructiva del sueño (AOS).

La apnea obstructiva del sueño es un trastorno común en los niños que se caracteriza por repetidos episodios de obstrucciones prolongadas, parciales o totales de la vía respiratoria superior durante el sueño. Estos episodios dan lugar a múltiples despertares durante el sueño lo que provoca una fragmentación y baja calidad del mismo

El trastorno del sueño relacionado con la respiración y la apnea obstructiva del sueño son más significativos en personas que tienen TDAH que en la población general, y las dificultades del sueño asociadas a estos trastornos pueden llevar a síntomas de TDAH durante el día.

BIBLIOGRAFÍA:

Adriana Fajardo. Trastorno deficitario de atención e hiperactividad y sueño

Luis Domínguez-Ortega y Aida de Vicente-Colomina. Trastorno por déficit de atención con hiperactividad y alteraciones del sueño

Diagnóstico de los trastornos del sueño en personas con TDAH

 Comprobar posibles problemas del sueño debe ser parte de la evaluación de toda persona con problemas conductuales y/o académicos, sobre todo si tiene TDAH. Si se sospecha un problema de sueño, el profesional clínico que evalúa debe tomar una completa historia del mismo.La historia debe incluir preguntas sobre la hora usual de irse a la cama, el tiempo requerido para quedarse dormido, si hay despertares nocturnos, ronquidos, dificultades para despertarse, si la persona duerme siestas y la somnolencia diurna. Tal vez se le pida al paciente que lleve un diario de sueño y anote las conductas diarias de sueño durante varias semanas.

Al llevar a cabo una evaluación completa, un profesional clínico bien capacitado y familiarizado con el TDAH y otros trastornos puede discernir entre el TDAH y otras posibles afecciones. Las entrevistas y los cuestionarios son parte del proceso diagnóstico que se usa para obtener información del paciente, la familia y sus profesores para evaluar  otros trastornos.

Debido a que los síntomas de los trastornos del sueño pueden imitar a los síntomas del TDAH, tales como dificultad para prestar atención y concentrarse, pueden en realidad ser diagnosticados erróneamente como TDAH. Algunos consideran que muchas de las inquietudes de que el TDAH se diagnostica excesivamente podrían estar relacionadas a que algunos padres y proveedores atribuyen las dificultades de atención al TDAH en lugar de a los trastornos subyacentes del sueño.